martes, 5 de mayo de 2009

El dragón y la Princesa

En medio del pánico provocado por la incursión del dragón en el castillo de Lockhard, Jaime, el escritor, levanta la cabeza desde su incomoda posición del asiento del bus. Al mismo tiempo que deja de escribir, observa que repentinamente el vehículo comienza a llenarse de gente pero no se distrae y vuelve a su escritura. Mientras el dragón, brillante de escamas se abalanza sobre la princesa desnuda, siente el roce de las gentes que avanzan hacia las ubicaciones de atrás. Levanta su cabeza y se sorprende al observar que la mayoría de los que suben son ancianas. Entonces baja la cabeza y Elendar logra clavarle a tiempo una estocada en el pie al dragón, la bestia brama con un estruendo que solo podría ser comparable con el empujón que te dan el hombro al pasar y Jaime tiene que dejar de escribir pero no puede, aunque se empieza sentir mal porque la gente mayor necesita el asiento más que el y piensa en ceder el asiento. Se dice a si mismo que él puede retomar la idea después cuando este mas tranquilo, lo cual sabe es completamente falso. Sabe que luego la inspiración se desvanecerá pero insiste en abstraerse de todo desde su lápiz pero ya no recuerda bien como brillaba la espada de Elendar y el temible dragón le parece de plástico y la doncella salida de una película porno. Entonces, mas desilusionado que molesto, se levanta de su puesto. “Tome asiento” dice amablemente a la anciana en frente de él que responde “No gracias, me bajo luego”, “tome asiento” dice repetitivamente a la anciana parada al lado “Nooo gracias, no se moleste usted”. Jaime, sorprendido, gira su cabeza varias veces y le pregunta ingenuamente a la persona del lado contrario “¿Quiere usted sentarse?”. “No gracias, me bajo un poco mas allá. La verdad todas nos bajamos ahí, somos del asilo y venimos de paseo” y sonríe y al mismo tiempo todas las ancianas sonríen maquiavélicamente. La escena es diabólica y Jaime no puede hacer otra cosa que sentarse nuevamente. Estupefacto y atemorizado comienza a escribir la historia de cómo la realidad vestida de dragón ultraja a la princesa de la inspiración