martes, 28 de abril de 2009

Ausencia

Se acercó al mastodonte de cemento cautelosamente. Elevó la mirada tratando de alcanzar el último piso, pero el reflejo del sol en los grandes ventanales se lo impedía. La estructura geométrica le producía vértigo. Las ventanas se encaramaban una sobre otra como un lego gigante, solo descontinuado por las antenas que se escapaban del techo como queriendo tocar el cielo en lo mas alto. Imaginó que un niño gigante venía y desarmaba la estructura pieza por pieza. Se imaginó ser el padre gigante de ese niño gigante, mirándolo jugar con su edificio de juguete. Esa imagen lo tranquilizó al mismo tiempo que lo enterneció. Entonces, sin saber por qué, abrazó con fuerza al edificio. “Te extraño mucho” murmuró, seguro de que nadie lo veía.

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