Sobre la rutina de caminar cargando el calor y acompañado de mi cansancio vespertino.Voy despistando mi trayecto, despistando mis pasos, despistando mi paranoia. Las sombras de los edificios toman formas de piñen y birra y se entrelaza en la trayectoria influenciando mi mirada y quebrando en el olvido la impersonalidad citadina.
Cantó sus palabras y se encontró con el muro de mis oídos
-¿flaco llevaí un cigarro?-
-no fumo- disparé como un misil
-¿y una moneá pa comprar uno?-
-no, menos- dije sin más
-¿y un abrazo para no sentirme solo?-
Mi sonrisa y mi abrazo le dejé pero aun no se que fue lo que gané
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